![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
||||||||||||||||
![]() |
|
![]() |
![]() |
|||||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
![]() |
||||||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
![]() |
||||||||||||||||||||||
|
![]() |
![]() |
![]() |
|||||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
LA VIRTUD DE LA ESPERANZA Padre Bolívar Jiménez
Tratamos en esta ocasión de la segunda de las virtudes teologales: la ESPERANZA, que ha sido definida de varias maneras; pero que en el cristianismo, tanto por el origen como por el objetivo, trasciende a lo meramente tangible. Así, Santo Tomás de Aquino define a la esperanza como “virtud infusa, otorgada por Dios, que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios, tanto sobrenaturales como naturales, necesarios para alcanzarla, apoyado en el auxilio omnipotente de Dios”, y el Catecismo de la Iglesia Católica como “una virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los Cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos, no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo” (N° 1817) Dos preguntas hemos de hacernos necesariamente, para advertir el sentido y el valor práctico de esta virtud: 1.) Qué efectos produce en la persona, y 2.) cuáles son los obstáculos para acrecentarla. Responderé a cada una de ellas. En cuanto a los efectos, según Antonio Rivero, serían estos: a) Pone en nuestros corazón el deseo del cielo y de la posesión de Dios, desasiéndonos de los bienes terrenales. b) Hace eficaces nuestras peticiones. c) Nos da el ánimo y la constancia en la lucha, asegurándonos el triunfo; y, d) Nos proyecta al apostolado, pues queremos que sean muchos los que lleguen a la posesión de Dios. Respecto de los obstáculos: a) La presunción; es decir, esperar de Dios el cielo y las gracias necesarias para llegar a él, sin poner por nuestra parte los medios necesarios; y b) El desaliento y la desesperación. Finalmente he de decir que la esperanza de la venida del Reino se realiza ya de manera misteriosa y verdadera en la comunión eucarística. La comunión es el comenzar a gustar esa promesa del cielo y alimentar el deseo de la posesión eterna. Es una anticipación de la vida eterna aquí en la tierra. |
![]() |
![]() |
![]() |
|||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
|||||||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
|||||||||||||||||||||||
|
![]() |
|||||||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
|||||||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
|