En el comunicado que emitió la Conferencia Episcopal Ecuatoriana ante el fallecimiento del papa Francisco, se nos invitaba a recordar sus palabras y sus gestos de padre y pastor con los cuales encarnó la alegría y la verdad del Evangelio en el mundo contemporáneo.
“Lo recordaremos como el Papa de la Esperanza. La mirada contemplativa del papa Francisco ha suscitado un tiempo de esperanza para un mundo herido. El Jubileo “Peregrinos de Esperanza” que estamos viviendo es la síntesis de lo que ha palpitado en su corazón desde su infancia en Buenos Aires. Como él, solo en Jesús, puerta de la Salvación, podemos esperar y construir una nueva humanidad.
El Papa de la Misericordia y la Ternura: en primera persona, el papa Francisco ha sentido el latido de la misericordia de Dios. Su lema episcopal y papal fue: “Misericordiae utque eligendo”, que podría traducirse como “Lo miró con misericordia y lo eligió”. Esta certeza fue el inicio de su vocación, discipulado y misión como cristiano y obispo. Desde el primer día como sucesor de Pedro no dejó de enseñarnos que la misericordia de Dios triunfa siempre y derrumba todo muro de indiferencia, de exclusión y de violencia. Nos recordó que el estilo de Jesús es la cercanía, la ternura y la compasión, nunca el juicio, la exclusión y la condenación.
El Papa de la escucha y del discernimiento: nos enseñó el arte y el gusto del discernimiento espiritual y pastoral. Fue un pastor con el corazón y el oído inclinado a la escucha atenta del Espíritu Santo, del pueblo de Dios y de las voces de los marginados en las periferias geográficas y existenciales. Discernimiento que se constituye en memoria y profecía porque Dios no deja de venir a nuestro encuentro saliendo de sí mismo y rompiendo nuestros esquemas y prejuicios, muchas veces justificados con piadosos argumentos.
El Papa del corazón: en el 2015, su visita pastoral al Ecuador ha quedado grabada en nuestras retinas y en nuestro corazón. Nos recordó que el Corazón de Jesús está en el centro del mundo. Aquí nos reveló el tesoro de su corazón: Cristo, la Iglesia y los pobres. Para nadie ha sido un secreto su cercanía con nuestro pueblo ecuatoriano consagrado al Sagrado Corazón de Jesús.
El Papa de la Fraternidad y de la Sinodalidad: imposible borrar de nuestra memoria su primera presentación en el balcón de la Basílica de San Pedro en Roma. Fue el inicio de un camino entre el pastor y su rebaño marcado por la fraternidad, la escucha, el diálogo, la acogida, la paz y la esperanza. Volver a caminar juntos es el camino y horizonte de la Iglesia y de la humanidad hacia la fraternidad y amistad universal.
El Papa de la Pastoral del Encuentro: el papa Francisco entendía la verdad como un encuentro de diálogo respetuoso y abierto, siempre orientado hacia la reconciliación y la paz, donde la unidad prevalece sobre el conflicto. La tierra del encuentro por excelencia es la Eucaristía donde se puede ver, sentir y amar a Dios y al prójimo más con las obras que con las palabras.
El Papa devoto de María y San José: apenas elegido como Obispo de Roma quiso peregrinar a la Basílica de Santa María la Mayor para entregar su ofrenda floral y encomendar su misión pastoral a la Madre Dios”.
A ella también encomendamos nuestros trabajos, para que siempre se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas.
